A un amigo ingrato

Eligiendo un destino
No hallarás nungún lugar, donde esconderte de tí,
cuanto más lejos te vayas tanto peor para tí.
Has engordado tu miedo y ya no ves más el cielo,
has tapado el horizonte y solo te cubres de cieno.
Estás cubierto de mugre y no lo quieres mirar,
ten cuidado pues te pudres y no te quieres curar.
Se me hiela la sangre de ver las larvas rondarte,
las tienes tan agarradas que forman parte de tí.
Ya no las notas, solo un ligero cansancio implacable,
va acabando con tu vitalidad.
El camino es infinito en cualquier dirección,
si te gusta tocar fondo esta será tu ocasión.
Tal vez veas desde abajo con mayor claridad,
la miseria cultivada con tanta animosidad,
y que te vaya bonito.