Los
Dropas
Los
Dropas son una tribu situada a unos 640 Km de la ciudad más cercana en las montañas
de Bayan Kara-Ula. Conviven con otra tribu denominada Han y entraña un misterio
antropológico todavía no desvelado.
Son
de pequeña estatura. La altura media de un adulto es 1 metro y 25 centímetros , son
amarillos, sus cabezas son desproporcionadamente grandes y casi calvos, sus
ojos son grandes y azulados, pero no de aspecto oriental. Sus rasgos son
prácticamente caucásicos, y sus cuerpos son sumamente delgados y delicados. El
peso medio de un adulto, es aproximadamente de 50 kilos.
En
la actualidad, no se ha conseguido asemejar con ninguna de las razas que
habitan nuestro planeta por lo que podría tratarse de los últimos atisbos de
una raza que tiende a desaparecer... aunque se han planteado algunas otras
teorías envueltas en una gran controversia.
La
tribu de los Dropas fue encontrada por el profesor de arqueología Chi Pu Tei,
cuando se dirigía con sus alumnos a inspeccionar una serie de cuevas que se
entrelazan en las montañas de Bayan Kara-Ula, sobre las fronteras de China y
Tíbet. Una vez allí, llegaron a la conclusión que podría tratarse de un sistema
de túneles artificiales. Las paredes eran cuadradas y cristalizadas, como si el
corte en la montaña hubiera sido realizado con una fuente de calor extremo.
En
el interior de estos túneles se encontraron lo que parecían ser despensas y
lugares de entierro. En estos últimos vieron unos extraños esqueletos. Estos
esqueletos eran pequeños y delgados y con cráneos muy desarrollados.
En
un primer momento pensaron que podría tratarse de alguna especie de primate
desaparecida, pero cuando encontraron los cuerpos enterrados desecharon esta
teoría por el simple hecho de que no se conoce ningún primate que entierre a
otro. Pero además se encontraron otra serie de objetos y matices que
descartaban esta posibilidad Sobre las paredes había pictogramas tallados del
cielo: el sol, la luna, las estrellas, y la Tierra con las líneas de puntos que los conectan.
Pero
aun faltaba el descubrimiento más fantástico de todos. Semienterrado, debido a
la suciedad de la cueva, había un disco de piedra, obviamente realizado por la
mano de una criatura inteligente. El disco tenía 22.7 cm del diámetro y 2 cm de grueso, también tenía
un agujero en el centro, perfectamente circular, de 2 cm de diámetro. De aquí
surgía un surco fino en espiral hacia el exterior con carácteres escritos. Este
disco, ha sido datado entre 10.000 y 12.000 años de antigüedad (mucho más
antiguo que las grandes pirámides de Egipto). Pero no fue el único, en total
han sido encontrados 716 platos. Y cada uno con caracteres diferentes.
Los
Discos
Una
vez descubiertos se catalogaron y guardados en la Universidad de Beijing. Se
procuró descifrar el significado de las inscripciones de los discos sin éxito
hasta que en 1962, el profesor Tsum Um Nui junto con algunos compañeros de
profesión, realizó avances significativos en las investigaciones.
Se
percataron que lo que parecían ser surcos en los discos, realmente era una
escritura increíblemente antigua grabada de algún modo desconocido y de un
tamaño casi microscópico.
Una
vez que los caracteres de todos los discos fueron copiados, el profesor Tsum Um
Nui y sus colegas, comenzaron la ardua tarea de intentar descifrar su
contenido. Finalmente, probando, intercambiando dibujos por palabras y frases,
llegó a descifrar parte del código o escritura.
Hecho
esto, se dedicó a ordenar los discos, de la forma más coherente que pudo y así,
hacer una transcripción parcial. La historia que en los discos se contaba era
simplemente asombrosa.
El
profesor pasó a papel la transcripción, así como sus conclusiones y las
presentó en la universidad para su posterior publicación. La universidad lo
prohibió tajante mente.
Fue
en 1965, cuando inesperadamente, un artículo escrito por el filólogo ruso Vyacheslav
Saizev apareció en la revista alemana "Das Vegetarische Universum", y
en la revista anglo-rusa "Sputnik", contando la historia de los
discos, su composición y un extracto sobre lo que había sido descifrado por el
profesor Tsum Um Nui.
Esta
publicación fue posible ya que los rusos solicitaron algunos discos para
realizar algunas investigaciones sobre esta historia. Determinaron que existían
grandes cantidades de cobalto y otras sustancias metálicas. Además, cuando los
colocaban sobre un plato metálico especial y los hacían girar, emitían
determinadas vibraciones como si circulase algún tipo de voltaje por ellos.
Los
discos cuentan la historia de una nave espacial procedente de un planeta lejano
que tuvo que realizar un aterrizaje forzoso en las montañas de Baian Kara-Ula.
Los tripulantes de la nave espacial (Dropas) buscaron refugio en las cuevas de
las montañas y, a pesar de que sus intenciones eran pacíficas, los Dropas no
fueron comprendidos por los miembros de la tribu Ham, los cuales, ocupaban las
cuevas vecinas y, pensando que eran enemigos que querían apoderarse de su
territorio, persiguieron y mataron a algunos de ellos.
Cuando
finalmente la tribu de los Ham comprendieron el lenguaje por señas de los
Dropa, los admitieron en su territorio al saber que los recién llegados tenían
intenciones pacíficas.
Los
discos también cuentan como los Dropa fueron incapaces de reparar su nave
espacial y la imposibilidad de volver a su planeta de origen, teniendo entonces
que quedarse a vivir en la
Tierra.
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