Quizá nunca hayamos pensado en esto: realmente tenemos suerte de estar vivos.
Imaginemos por un momento que nunca hubiéramos nacido.
Pensemos : "No existimos". Qué sensación más extraña, ¿eh?
Pero existimos.
Sí, sí, ¡estámos aquí!
Incluso podríamos decir que no sólo existimos, sino que tenemos muy pocas responsabilidades reales.
Por supuesto que tenemos nuestras tareas cotidianas.
Sin embargo, ¿cuántas de nuestras actividades son realmente necesarias?
En realidad, muy pocas.
Ya que tocamos este punto, sin duda nos preguntamos por qué estamos en la Tierra.
Tengo una respuesta: para concedernos un poco de descanso.
Tanto si lo creemos como si no, estamos aquí de vacaciones.
De hecho, estamos aquí para vivir conscientemente todos nuestros sueños,
hasta el día en que creamos haber disfrutado de todas las aventuras posibles en un traje de ser humano.
Es un auténtico privilegio haber obtenido este tipo de traje, pero quedemos tranquilos, merecíamos esta ropa. Merecíamos esta vida. Tanto como disfrutar de nuestras vacaciones al máximo.
¿Todavía dudamos de la fabulosa suerte que tenemos?
¡Somos el espermatozoide elegido!
Saquemos nuestra calculadora inmediatamente.
Vamos, os espero.
Hagamos un pequeño cálculo.
En una eyaculación masculina, hay más de 400 millones de espermatozoides.
No dudo que nuestros padres sean unos hombres muy castos;
admitamos, por consiguiente, que probablemente hayan tenido (y tendrán en su vida),
digamos, por lo menos diez eyaculaciones, ¿sí?
Por su parte, una mujer tiene normalmente de 400 a 500 ovulaciones a lo largo de su existencia.
Así que, 400 millones de espermatozoides multiplicados por 10 eyaculaciones (en fin, quizá 15...) multiplicados por 500 óvulos, ¿cuánto es?
Dos millones de veces un millón o, si lo preferimos, 2.000.000.000.000.
¡Imaginemos el cálculo como si nuestros padres fuera los menos activos del mundo!
Dicho de otro modo,
la probabilidad de que viniéramos al mundo no era sino de una sola posibilidad entre 2 a 2.000 trillones. Realmente hemos tenido mucha suerte: ¡nacimos!
Así que podemos relajarnos. Ya hemos ganado en la mayor lotería del universo, la de la vida.
¡Somos el «espermatozoide» elegido!
¡Calma!
Bienvenidos al paraíso terrestre.
De hecho, tanto si lo creemos como si no, tú y yo vivimos actualmente en el paraíso terrestre.
Evidentemente es por eso por lo que se habla del paraíso terrestre.
Estamos aquí de vacaciones.
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