TIGRE, etimología, leyendas e historia.
El tigre! Un animal bellísimo, místico, guerrero y fuerte antes los ojos del mundo. Siempre me pregunté por qué se llamaba tigre y que de dónde salió esta palabra, y al igual que William Blake, también me pregunto: ¿quién ha diseñado su terrible simetría? ¿Siglos de evolución o brochazo de los dioses?, obviamente evolución, pero es mágico pensar que tal vez existen esas deidades de las que tanto hablan las distintas culturas alrededor del mundo y que el tigre sea tan divino como esos dioses. Muchos artistas y pintores orientales y algunos occidentales como Salvador Dalí, han pintado la magnificencia del tigre, hasta Nietzsche lo menciona y poetas como Borges también han sentido admiración por los tigres, han sucumbió ante la magia de sus ojos de fuego.
Etimología de la palabra Tigre:
El nombre del “tigre”, ese felino hermoso con rayas que simulan brazos de galaxias, deriva del latín “tigris”, éste del griego “tígris” y ésta palabra a su vez proviene del iraní “thigra” que significa agudo, punzante y era utilizado también como verbo al referirse a la velocidad y rapidez de una flecha.
Este dato es del Diccionario General Etimológico de la Lengua Española, página 124 y dice: “Tigris, del persa antiguo tigra, flecha, dardo, aludiendo a la rapidez de su trayectoria. Río así llamado por la rapidez de su curso”.
Interesante la forma en que los antiguos hicieron el símil entre la velocidad del cauce de un río (el Tigris), la velocidad de una flecha y el más bello de todos los felinos. Posiblemente el nombre del río fue mucho antes de asociar la palabra tigris con el animal tigre, podría atreverme a asegurar que los persas, inconscientemente hicieron la siguiente secuencia en su asociación de la palabra tigris: Tigra es el verbo para definir la velocidad de una flecha o la flecha misma, en esto se inspiraron para ponerle tigris al río, después de eso al ver al hermoso felino a orillas del río lo asociaron y se pusieron tigre al animal. Pienso esto porque el china y la India no es este el nombre original del felino rayado.
Los griegos, Alejandro de Macedonia y los Tigres:
Aristóteles, el tutor de Alejandro III de Macedonia (Alejandro Magno), fue el hombre que más escribió en su época acerca de historia natural, sin embargo no menciona nada acerca del tigre. Eso significa que aún no había llegado el rugido del tigre a Grecia en la época del sabio sino que los griegos conocieron al tigre hasta poco después de las campañas de Alejandro Magno contra los persas y su conquista hacia la India, allá por el siglo IV a.C. En ese entonces el tigre del Caspio, ahora extinto, se paseaba imponente por los límites orientales de Anatolia y al regresar Alejandro llevó a este magnífico animal con él.
Un relato bastante mítico atribuido a Alejandro Magno es que Minicia, una reina de las amazonas, salió de su corte albanesa al encuentro de Alejandro Magno en Hircania, lugar frecuentado por los tigres y pasó en su compañía trece días, con la esperanza de tener hijos con él, esto es lo que dice Justino: II.4; Clitarco, citado por Estrabón: XI.5.4
Tigre y Mitología Griega.
Una leyenda griega narrada por Plutarco, explica cómo fue que le pusieron Tigris al río de Mesopotamia, al mismo río que el relato bíblico del Edén lo ubica en sus fronteras, según Plutarco este río antes se llamaba Sollax, dice que Dionisos, el dios del vino, estaba enamorado de una ninfa asiática llamada Alfesibea, entonces Dionisos inicia una persecución tras su amada y la ninfa se dio a la huída y ya cansada de tanto correr y correr llegó a las orillas del río, entonces ella al ver que aún era perseguida por Dionisos se adentra en el río, luego el cauce la arrastra, es entonces cuando el dios decide metamorfosearse en tigre y entra a salvarla poniendo a la ninfa sobre su lomo y la llevó hasta la otra orilla, desde entonces Sollax quedó en el recuerdo con su nuevo bautizo de rayas y sol: Tigris, el río del Edén.
Una variante de la versión de Plutarco dice que Dionisio para seducir a Alfebisea, el dios se transforma en tigre. Llegada al borde del río, ella no puede huir más allá y se deja atrapar por la fiera, que la ayuda a pasar a la otra orilla. Su hijo, Medos, fue el héroe epónimo de los medos y el río tomó el nombre de Tigris, en recuerdo de la ninfa y el dios que se habían unido en sus ribazos. Además de estas dos versiones hay otra más y dice que estando Alfesibea en la orilla del río, Dionisio hizo aparecer un tigre y ella asustada corrió a refugiarse en los brazos del dios.
Pero después de las tres versiones anteriores aquí les pongo otra variante más detallada, la más larga creo de esta leyenda y es la siguiente:
Además los griegos también creían que Dionisio antes de vivir en el Olimpo, fue a recorrer el mundo entero acompañado por Sileno y un ejército de sátiros y ninfas, cuyas armas eran el báculo con hiedra enroscada y con una piña en la punta, llamada thyrsus y espadas, serpientes y bramaderas que infundían terror, lo más simpático del asunto es que todos iban borrachos. Navegó rumbo a Egipto, llevando consigo el vino, pasó por Faros visitando al rey Proteo, luego, entre los libios del Delta del Nilo, vivía cierta tribu de amazonas a las que Dionisio invitó a marchar con él contra los Titanes y restablecer al rey Amón en el reino del que había sido expulsado. El triunfo de Dionisio sobre los Titanes fue la primera de sus muchas victorias militares.
Luego se dirigió hacia el este para ir a India y según el Diccionario Universal de Historia y Geografía (Alemán, Orozco y Berra), las ninfas que criaron a Dionisio también lo acompañaron. Cuando llego al Eufrates se le opuso el rey de Damasco al que desolló vivo, pero construyó un puente sobre el río con hiedra y vid; después de lo cual un tigre, enviado por su padre Zeus, le ayudó a cruzar el río Sollax y desde ese momento el río se llamó Tigris. Llegó a la India después de encontrar mucha resistencia en el camino, y conquistó todo el país, al que enseñó el arte de la vinicultura, dotándolo además de leyes y fundó grandes ciudades. Cuando a Dionisio se le ocurrió retornar junto con su ejército de ebrios, volvió en un carro tirado por tigres, por lo que éstos le estaban consagrados. Así sus símbolos eran la vid y el tigre.
El río Tigris en las leyendas babilónicas, hebreas y griegas
Según el mito griego este río anteriormente se llamaba Sollax, pero según estudios históricos, el primer nombre conocido del río en sumerio era Idigna o Idigina, que puede ser interpretado como el río rápido. Otro nombre dado a este río, utilizado desde el tiempo del Imperio Persa, es Arvand, que tiene el mismo significado. Actualmente, el nombre Arvand se refiere a la parte baja del Tigris en el idioma persa. En lengua árabe este río se llama Dijla.
Según otras leyendas de origen mesopotámico (Sumeria, Acadia y Babilonia), el Tigris habría nacido de los ojos de Marduk, el Creador, al mismo tiempo que el Éufrates. Y que el dios Enbilulu era el guardián del Tigris por orden de Enki. En la literatura hebrea, la Biblia, el río Tigris es uno de los cuatro ríos del paraíso terrenal.
En su contexto sumerio-arcadio, el Tigris toma una tremenda significación: ‘El curso de agua cósmico que cierne la tierra como una isla evoca el Apson, célebre océano terrenal, frecuentemente mencionado en los textos cosmogónicos y cosmológicos de Mesopotamia’ (SOUN, 220).
En el Museo de Teherán se encuentra una ilustración hecha por un artista desconocido, la obra es acerca de un hombre espiritual o sagrado cabalgando sobre un tigre.
Los Romanos y El Tigre:
El equivalente romano de Dionisio era Baco y las bacantes eran las mujeres que le rendían culto, a menudo se les representaba a ellas cubiertas con piel de tigre y con una corona de vid. En Roma también se mantenían las mismas leyendas hacia Baco como los griegos a Dionisio, eran deidades equivalentes.
Y el tigre de Bengala y otra subespecie de tigre, posiblemente el tigre del Caspio, llegan a Roma en el año 19 como obsequio de embajadores indios al emperador César Augusto, cuando dicho emperador estaba en Samos. Según Plinio, César Augusto fue el primero que presentó un tigre a los romanos en la dedicación del teatro de Marcelo.
En el pasado romano habían antecedes de que llevaban grandes cantidades de felinos para su circo, por ejemplo en tiempos de el edil Scauro, había enviado ciento cincuenta felinos grandes y después Pompeyo había hecho traer cuatrocientas diez, y Augusto cuatrocientas veinte para los espectáculos de Roma pero que nunca antes había llevado tigres al circo romano sino hasta ese famoso regalo por parte de un rajá indio, lastimosamente estos tigres terminaron muertos en la arena, estos pobres animales lucharon contra gladiadores y contra otros animales como grupos de elefantes, leones, rinocerontes, etc.
Más adelante en el tiempo, los romanos capturaron algunos tigres del Caspio para usarlos en el Coliseo, generalmente con el fin de enfrentarlo en la arena al otro felino gigante conocido en el mundo antiguo: el león del Atlas.
De la India fue también de donde El emperador romano Heliogábalo (218 al 222 d.C), hizo llevar los tigres que quería uncir a su carro para remedar al dios Baco (Dionisio). Heliogábalo era muy aficionado a los animales, y con frecuencia su carroza era tirada por perros, ciervos, leones o tigres. Pero existían las mismas probabilidades de verlo llegar a una ceremonia oficial en una carreta tirada por mujeres desnudas o tigres, lo que en realidad queda en la duda es cómo hizo este hombre para que los tigres le obedecieran y tiraran de su carro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario